Acerca del dolor...

Estaba leyendo un post de antes de ir a Santiago. Donde escribí que caminaría con mi dolor. Y si.... caminé con él. Estaba pensando cómo ha ido mutando ese dolor. Ni se ha convertido en mariposa ni se ha disuelto con el viento. Por el contrario este fin de semana ha estado ahí latiendo muy fuerte y claro, pero si es cierto... diferente. Fuerte todavía, pero más claro. Tan fuerte que he sentido que mi capacidad de sentir dolor se ha expandido. Tal vez es, porque recién el fin de semana terminé de sacar todo de las maletas y poner las cosas en cajones y en el armario… es como si recién hubiera “terminado de llegar” aunque hayan pasado 2 meses. Y fue en cuanto terminé con todo eso y que me quedé quieta que lo sentí… fuerte y claro.

Dicen que el dolor viene del apego. Sí, tiene sentido. Pero claro, yo no soy Yogui. Y hay pérdidas que duelen bastante. Y así como yo, las otras personas que no somos yoguis, al parecer, en algún momento de la vida, tendremos que pasar por ahí. Porque hay pérdidas grandes a veces. Como ayer, que A. me contó que el hijo de un amigo suyo murió. Un niño... de un momento a otro. Ese dolor no me lo quiero ni imaginar… no soporto ni pensarlo siquiera. La que sea madre me entenderá.

El dolor que yo cargo no es tan grade como ese (gracias a Dios). Y es cierto, nadie ha muerto. Igual es un dolor, y tiene la forma y el tamaño que tiene... Es un dolor mudo, sordo, hueco… Creo que es así porque no hay mucho que yo pueda ya hacer al respecto. Y porque siento que me equivoqué, y al equivocarme herí mucho a 3 personas a amo. A pesar de saber que me equivoqué, sé también que no hubiera podido decidir diferente cuando lo hice. No tenía tres cosas que hubiera necesitado: serenidad, fuerza, y confianza en que todo estaría bien.
Entonces, frente al dolor sólo bajo la cabeza en silencio… y siento como el dolor late y se expande por todo mi cuerpo. Porque el dolor toma forma en el cuerpo. Este mío, está en el pecho… y de ahí se va expandiendo, y las lágrimas caen solas, sin que yo me de cuenta. Pero sé que llorar está bien. Y sé que poder mirar de frente el dolor y sentirlo… sostenerlo y seguir respirando… y que duela todo lo que duele, también está bien, es como si ese fuera el camino que necesita para seguir mutando, cambiando. Y el tiempo... siempre el tiempo... Lo sé porque antes no tenía capacidad para hacerlo y era terrible, pero esa es otra historia.

Tal vez ese es el camino para que el dolor “florezca”? Dice A. que el dolor florece…. No sé bien cómo es eso…. Pero algo intuyo. Debe ser más o menos como sentir que se puede convertir en mariposa.


pd. esa es una foto que tomé en Camino.

3 comentarios:

Hola te vengo leyendo pero no me atrevia a comentar.
Me gusta mucho como escribes.
Animo! todo pasa.
Veras que se convertira en polvo de estrellas y se quedara contigo siempre de cualquier manera.

8 de septiembre de 2008, 17:57  

Somos personas, nos equivocamos, lo importante es que hayamos hecho las cosas creyendo que es lo mejor o como dices en este caso no podías decidir diferente cuando lo hiciste.
Pasará el dolor y las personas a quien dañaste seguro te comprenden y te apoyan.
Me gusta la foto.
Muxuxxxxxxx

9 de septiembre de 2008, 2:52  

Hola, gracias a las dos.

9 de septiembre de 2008, 11:10  

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